Efectos del estrés infantil

El estrés es una respuesta emocional que se puede manifestar de manera física si su presencia es muy elevada y constante, sabemos que nuestro cerebro produce el estrés cuando nos enfrentamos a una situación que nos exige más de lo que creemos que podemos manejar.

En cantidades controladas y pequeñas, el estrés es saludable y completamente natural ya que hace parte de los mecanismos de defensa y alerta de nuestro organismo, este tipo de estrés se llama agudo y como dijimos es normal, y ayuda a que tomemos en control de las situaciones.

Pero cuando el estrés es permanente y se mantiene por un periodo largo de tiempo, se convierte en un estrés crónico, que pasa más allá de la ansiedad y de las emociones negativas, a controlar diversos aspectos de nuestra vida e incluso a hacer daños que se manifiestan en nuestro cuerpo.

Es importante estar conscientes en todo momento de nuestra salud emocional incluyendo la carga de estrés que manejamos en el día a día, porque podemos incluso estar en una situación donde se convive con el estrés sin darnos cuenta y empieza a parecer algo muy normal.

Identificar el estrés presente en los niños

Se puede identificar el estrés en un niño prestando atención a su comportamiento y actitudes, las primeras señales suelen incluir cambios de comportamiento y de su estado de animo, además se debe tener presente que no por ser pequeños sus problemas son menos importantes.

Los niños también están expuestos de manera constante a problemas y situaciones incómodas para ellos, que les pueden ocasionar estrés, para ellos se trata de su mundo y de su realidad y debe ser tratado de la forma correspondiente con toda la atención que se necesite.

A un niño le pueden preocupar cosas como las obligaciones en la escuela, las responsabilidades de rendimiento en las actividades deportivas, las discusiones frecuentes en el hogar, sus propias discusiones con amigos y compañeros, los cambios drásticos en su vida, entre otras.

Es responsabilidad de los padres estar alerta y pendientes de manera permanente ante los cambios de comportamiento y señales que los niños pueden manifestar, para reaccionar de manera pronta y oportuna y encontrar cuales son las situaciones o componentes que le están generando ansiedad o preocupación, que finalmente terminan en estrés.

Manifestaciones físicas del estrés en niños

El estrés no se manifiesta de la misma manera que en los adultos, mientras que una persona adulta con el tiempo aprende a controlar cierta carga de estrés, los niños necesitan aprender a hacerlo de manera permanente, por lo que incluso situaciones triviales pueden preocuparlos.

Un aspecto positivo es que el organismo de los niños pequeños es más tolerante con el estrés y no es común que ellos presenten síntomas físicos graves como le puede ocurrir a un adulto, patologías como presión arterial alta, problemas cardíacos, problemas en el sistema digestivo, migrañas fuertes, entre otras.

Los síntomas y efectos del estrés en un niño son propios de su edad, dentro de esas manifestaciones encontramos cosas como mojar la cama de manera frecuente cuando antes no lo hacían, dificultad para dormir y miedo por tener pesadillas, o los muy comunes problemas de alimentación donde el niño pierde el apetito y no quiere comer.

Además pueden tener cambios de comportamiento bruscos, como la necesidad de llorar frecuentemente ante cualquier situación, o reaccionar de manera agresiva y con rabia, estas alteraciones del estado de ánimo suelen ser señales claras de que el niño está estresado.

Que deben hacer los padres para ayudar a los niños

Lo primero y más importante es estar alertas constantemente al estado emocional de nuestros hijos, los padres sabemos cuando los niños empiezan a actuar diferentes, y ese es el momento exacto para tomar acción e investigar a profundidad.

Igualmente los padres deben garantizar un ambiente saludable y libre de discusiones para los niños, ellos no deben involucrarse en los problemas del hogar, y no debemos cargar sobre ellos presiones y situaciones difíciles de manejar, el entorno positivo es fundamental y lo debemos buscar siempre.

Finalmente, la comunicación y el diálogo permanente con los niños es la mejor manera de cuidar y ayudar a nuestros hijos en todo momento generando lazos de  confianza para lograr que ellos sientan nuestro apoyo de manera  permanente y que los ayudaremos a superar todos los retos que tengan.

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