¿Es mejor bañarse con agua fría o caliente?

Conozca los múltiples beneficios que otorga a la salud el agua fría y el agua caliente, y elija la opción que más le conviene, teniendo en cuenta lo que su cuerpo necesita.

¿En alguna ocasión se ha preguntado si es mejor bañarse con agua fría o caliente? Si tiene esa incógnita, lo primero que debe saber es que el cuerpo reacciona de manera diferente con temperaturas altas o bajas, así que lo más adecuado será conocer los beneficios que aporta cada una de estas opciones para elegir la que más le agrada, o la que va mejor con su salud. 

Agua caliente

Una ducha caliente, con el agua a una temperatura de entre 34 y 38 grados, sirve para aliviar dolores musculares y tensiones. Sin embargo, debe tener en cuenta que el agua caliente es más agresiva con la piel, ya que puede eliminar parte de los aceites naturales que la recubren y protegen, causando mucha resequedad, irritación y granitos molestos.

Entre los beneficios que aporta bañarse con agua caliente están:

  • Alivia la rigidez del cuello y los músculos. Deje correr el agua tibia sobre sus músculos y frote suavemente su nuca y hombros mientras está bajo el chorro de agua.
  • Alivia la congestión. Libera pechos congestionados y narices tapadas. Esto se debe a que el vapor de agua ayuda a secar el exceso de mucosa.
  • Reduce el estrés. Puede calmar los nervios y reducir la tensión, aunque a veces puede afectar la piel.
  • Calma las migrañas. Es un remedio para aliviar el dolor de cabeza producido por la contracción de vasos sanguíneos, ya que ayuda a dilatarlos.
  • Alivia los calambres menstruales. Contribuye a este alivio, pues por sus propiedades relajantes puede ser usada para reducir los dolores. 

Agua fría

Aunque muchas personas consideran que una ducha con agua fría es simplemente impensable, especialmente en invierno, la tendencia está cambiando en los últimos tiempos, sobre todo desde que se conocen los múltiples beneficios que las terapias con agua a bajas temperaturas otorgan a la salud física.

Entre los beneficios que aporta bañarse con agua fría están:

  • Mejora la circulación sanguínea. Cuando el agua fría hace contacto con el cuerpo, la sangre empieza a circular más rápido para mantener la temperatura interna.
  • Aumenta los niveles de energía. Los golpes de agua fría sorprenden al cuerpo y, estimulan los sentidos, ayudando a incrementar la ingesta de oxígeno y el ritmo cardiaco.
  • Rejuvenece la piel. Contrae los poros y los vasos sanguíneos, dándole a la piel un aspecto saludable y previniendo que las partículas del aire la ensucien. 
  • Tensa el cuero cabelludo. El agua fría aumenta la capacidad de los folículos capilares de aferrarse al cuero cabelludo, fortaleciendo el cabello.
  • Acelera la reparación muscular. Tiene propiedades regenerativas, pues durante la ducha logra relajar los músculos, reduciendo la inflamación. 

Aunque algunos dermatólogos aconsejan bañarse con agua templada, otros recomiendan empezar con agua caliente y terminar con helada. Sin embargo, cada cuerpo tiene necesidades diferentes y usted debe elegir la temperatura que más le conviene.

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