Maquillaje Glow: un brillo natural para todo tipo de pieles

Todas hemos sido testigo de cómo el contouring puso de moda el uso del bronzer y el iluminador, muchas veces de forma exagerada. Si bien es cierto que este tipo de técnica es útil para resaltar cualquier parte del cuerpo, ya que permite perfilar abdominales y clavículas, hay que ser precavido para evitar lucir exagerada y recargada para el día a día. El maquillaje glow ha nacido para darle un toque de luz al rostro, haciéndolo ver más natural.

El maquillaje glow es un estilo que permite dejar un rostro radiante y luminoso, como si la luz proviniera de la piel y no de un iluminador. Este efecto también se conoce como “húmedo” o mojado, quedando básicamente, como si se hubiera salido de la ducha aportando mucha textura a la piel, haciendo que se vea fresca todo el día.

Existen muchos productos que permiten lograr este efecto en la piel, pero antes que nada, es importante tener una piel sana, para prepararla antes del maquillarla. Además, esto garantizará que el resultado dure todo el día.

¿Cómo preparar la piel antes de maquillarla?

Si se mantiene una rutina estable para el cuidado de la piel, se podrá obtener grandes resultados. Lo principal, es conocer le tipo de piel que se tiene; de esta forma, se podrá utilizar un producto acorde. Básicamente existen tres tipos:

Las pieles secas, son las que más hidratación necesitan, ya que suelen cuartearse y ser más ásperas. Por otro lado, los poros son más pequeños, lo que le da su aspecto quebradizo. Lo mejor para este tipo de pieles es usar cremas muy hidratantes y que contengan nutrientes y calmantes. Esta hidratación les permitirá tener más flexibilidad y dará un aspecto de suavidad.

Por otro lado, las pieles grasas, se componen de una dermis más gruesa y dura. Al tocarlas, se siente una pequeña capa aceitosa. En estas pieles, las glándulas sebáceas tienen más actividad, por lo que hacen que el cutis luzca siempre apagado y sin vida. Pero al contrario del caso anterior, las cremas hidratantes que se usen deben ser ligeras y de absorción rápida. Evitando a toda costa, las cremas que sean muy grasosas. Por eso la mejor opción es el formato gel o loción.

Por último, las pieles normales a mixtas tienden a ser una combinación de las anteriores mencionadas, siendo las más equilibradas. Con poros apenas visibles, tienen un aspecto suave y aterciopelado. Aunque, suelen ser más grasosas en las zonas de la nariz, mentón o la frente; y más secas en las zonas de los pómulos y las ojeras. Pero al igual que en el caso anterior, se debe usar una crema hidratante que sea ligera y sedosa, para que de esta forma la piel siga manteniendo el equilibrio que ya posee.

Teniendo clara esta idea, se puede seguir avanzando en la rutina para el maquillaje glow. Luego de la hidratación, es el turno del Primer para rostro. Lo que básicamente logrará este producto es crear uniformidad en el rostro, haciendo que el maquillaje luzca mejor y dure más tiempo. Se puede contar con un primer iluminador, para esos días en los que se va con un poco más de prisas y no da tiempo de usar la base de maquillaje.

La mejor forma de lograr un maquillaje glow

Luego de que el primer esté seco, se debe pasar a la base. Entre los productos más usados, se puede destacar dos; el primero de ellos es un BB Cream, el cual es un bálsamo de belleza que unifica el tono de la piel, comportándose como una base convencional, pero logrando un acabado más natural, lo cual es perfecto para el maquillaje glow; de esta forma, se puede lograr una mejor fijación de los productos en polvo.

Por otro lado, se puede usar una base de maquillaje convencional, de preferencia un producto que sea ligero y moldeable; lo que significa que se puede usar más de una capa sin afectar la primera aplicación. De esta forma, se podrá poner más producto en aquellos lugares que SÍ lo necesiten, y dejar lo más natural aquellas zonas que no sean tan problemáticas.

Con una buena base, se puede avanzar en el maquillaje glow, pasando ahora al corrector. Es importante usar un producto que no sea pesado y que a la vez cubra esa zona a la perfección. Un problema que tiene todos los correctores es que pueden llegar a crear pliegues. Por eso, un truco para difuminarlos bien, es aplicarlo y desvanecerlo muy bien con una esponja; pasados unos minutos, se retira el exceso de corrector, dando pequeños toques con la yema de los dedos.

Ahora se pasa al gran protagonista del maquillaje glow, el iluminador. Justo este producto será el responsable de potenciar ese brillo natural que se le quiere dar a la piel. Además, le aportará forma, sin la necesidad de cargar la piel usando bronceador o contorno. Se pueden usar productos en liquido o en polvo, dependiendo del tipo de piel que se tenga, uno para piles secas y otro para pieles grasas, respectivamente.

Lo primero es iluminar las zonas altas del rostro. Para ello, se coloca el iluminador en los pómulos, la nariz, la frente y la barbilla. Todo se integra con el resto del maquillaje muy bien para dar esa sensación de fluidez y que no queden parches. Como consejo, para conseguir un acabado más natural, lo mejor es usar productos que no contengan shimmer o glitter.

A continuación, se contornea muy ligeramente el rostro. Lo que se busca es crear un toque de color en la cara por lo que se puede usar un contorno en stick de un tono que sea acorde al color de la piel y colocar muy poca cantidad en los pómulos, difuminando todo muy bien. Pasando ahora a las mejillas, hay que aplicar la misma técnica, usar un colorete muy suave que se funda naturalmente con el tono de la piel.

Como toque final, se sella el maquillaje, para que dure más tiempo. Para las pieles secas, se puede usar un spray fijador, evitando los productos en polvos, ya que resecaran la piel. En cambio, las pieles grasas y mixtas pueden usar perfectamente polvos para sellar. De esta forma sencilla, se tendrá un maquillaje glow muy natural y luminoso.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *